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sábado, febrero 16, 2013

BÚSQUEDA DEL CONTROL EMOCIONAL


En algún momento de nuestra vida hemos escuchado hablar de la palabra energía, sobre todo en la frese que expresa: todo es energía. Nosotros somos energía, todo lo que nos rodea es energía, el universo es energía, y, por consiguiente, esa gran fuerza creadora que nosotros resumimos en una palabra tan corta como Dios, también es energía. Tomando en cuenta esto, reflexionemos lo siguiente: tanto el hombre como los animales y las plantas poseemos mente -energía mental -, todos poseemos inteligencia, todos podemos dirigir la energía, sin embargo, es el hombre quien ha desarrollado gran capacidad de memoria, de razonamiento, y por si fuera poco cuenta con una gran herramienta de vida:el libre albedrío, es decir, que podemos escoger el camino de vida que más nos guste, lo que nos hace responsables directos de nuestras vidas.

La energía mental se manifiesta en nosotros a través de los pensamiento y las emociones, las cuales dictan la pauta de nuestras acciones, si no logramos controlar esa fuerzas no podemos equilibrarnos energéticamente. Vivimos constantemente en un gran descontrol emocional traducido en odios, engaños, avaricia, ansias de poder, desastre, destrucción etc, y nosotros ante tan magno problema solo imploramos un milagro que cambie la situación como por arte de magia , ignorando que si el milagro se diera, en poco tiempo volveríamos a vivir el mismo caos porque la raíz del problema, nuestro erróneo pensar y actuar, quedaría intacto.

Para trabajar las emociones primero tenemos que conocerlas y distinguirlas unas de otras. Entre las emociones podemos apreciar las siguientes: miedo, rabia, envidia, avaricia, culpa, impulsividad, tristeza, celos, obsesión, desconfianza, duda, vergüenza, inconstancia, aversión, arrogancia, orgullo, desánimo, resignación, ansiedad, disgusto rencor, depresión, posición de víctima, etc.

De todas las emociones que afloran en nosotros constantemente, el miedo es quizá, la emoción más difícil de comprender y controlar. El miedo es la primera emoción que nos transmite la madre en el momento de nacer, y más adelante, nuestro guías nos impulsan a temerle a todo, a Dios, al dolor y hasta a nosotros mismos, y es precisamente este último temor el que no nos permite acercarnos a nuestro mundo interior, el mundo emocional objeto de estas reflexiones.

Es importante concientizar que nosotros como personas, somos un compendio de esencia y personalidad. La esencia es nuestro origen, lo que realmente somos, nuestra parte pura, es nuestra conexión con lo espiritual, es el estado mental ideal que debemos alcanzar como seres humanos. La personalidad es siempre una apariencia, sin embargo es válida mientras no alcancemos el estado mental esencial, ya que necesitamos una referencia que nos diferencie como seres humanos individuales.

La personalidad es muy importante para nosotros, ya que ella es el centro de ese laberinto de emociones que presentamos a lo largo de nuestra existencia por lo cual sufre tantos cambios.

Nuestra personalidad está elaborada en base a las personalidades que ejercieron influencia en nuestro crecimiento, o sea, estamos arropados por ideas, preceptos, miedos traumas, angustias, creencias...que no nos pertenecen y que muchas veces nos hacen sentir incómodos, inseguros, vulnerables, confundidos. Esto nos hace llamarnos a reflexión y plantearnos las necesidad de crearnos nuestra propia personalidad en base a lo que somos y en que realmente creemos, solo así podemos acercarnos un poco más a nuestro propio entendimiento y a la comprensión de la vida, logrando así una cierta paz interna, un estar bien y conformes con nosotros mismos.

Es determinante que creamos en nosotros mismos, que entendamos que por ser hijos de un creador también somos creadores y, por consiguiente, podemos crear nuestra propia vida. Tengamos en cuenta que el deber nos ata a una obligación y el querer nos conduce a una liberación.

En este proceso de ajuste emocional, es aconsejable concientizar según nuestro propio entendimiento los siguientes conceptos:

¿Qué es ser un ser humano?
¿Qué es ser una persona?
¿Qué es ser hombre o mujer? según sea el caso

De acuerdo a las respuestas obtenidas, se podrá canalizar mejor el conocimiento propio dando pie para corregir fallas y posturas. El conocimiento y manejo de estos conceptos son claves para entender el trabajo emocional a realizar.

Es importante ahondar en el concepto humano porque es lo que somos aquí, es nuestro punto de partida en la tierra. Luego de descubrirnos como seres humanos, vale la pena saber qué entendemos por -personas - y cómo nos ubicamos como personas dentro de la sociedad. Nos diferenciamos como hombre y mujeres pero, ¿Existe realmente una diferencia entre ambos? ¿Uno de los dos es más importante que el otro en este magno evento de la creación?.

Lo esencial del conocimiento y manejo de estos tres conceptos es saber de qué manera encajamos dentro de los mismos, esto nos permite seguir nuestro propio camino creyendo y confiando en nosotros mismos.

Todo este proceso de trabajo emocional se convierte para nosotros en un gran aprendizaje de vida. Nos acostumbramos a vivir como autómatas, sin imaginarnos siquiera que cada pasaje de vida, por más insignificante que parezca, nos muestra un aprendizaje. Es el aprendizaje obtenido a lo largo de la vida lo que nos convierte en seres sabios, seguros, equilibrados.

NO SOMOS DIOSES PERO SI SOMOS LOS HACEDORES DE NUESTRA PROPIA VIDA.


José Luis Arguinzones

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